La medicina no es una ciencia exacta y, por tanto, su ejercicio no está exento de ciertos riesgos ni de la comisión de errores. La mala praxis médica ha sido una preocupación desde que surgió la figura del médico. No obstante, la regulación legal actual y el concepto de mala praxis en ocasiones se difuminan ante situaciones de muy distinta naturaleza en las que un paciente se puede sentir afectado.
En primer lugar, hay que dejar muy claro, que existen riesgos de complicaciones en cualquier tratamiento (sangrado, cicatrices hipertróficas, etc). Un buen doctor expondrá con claridad al paciente todos los riesgos y posibles complicaciones del tratamiento y lo especificará en el consentimiento informado que leerá y aceptará (o no) el paciente.
Estas posibles complicaciones no deben confundirse con una mala praxis, siempre y cuando el doctor actúe con profesionalidad en la ejecución del tratamiento y dé solución a la posible complicación.
Mala praxis, su definición y sus tipos
El concepto de mala praxis médica se define como una situación en la que la actuación del profesional provoca un daño en el cuerpo o en la salud de una persona, ya sea de forma parcial o total, limitado en el tiempo o con carácter permanente.
Las vías por las que un médico puede incurrir en mala praxis son varias: negligencia, impericia o imprudencia.
Negligencia médica
La negligencia médica se produce cuando el profesional no actúa según las normas de su profesión. Por lo general, se suele deber a descuidos, que a veces tienen su origen en el estrés o la sobrecarga de trabajo, lo cual no le exime de consecuencias jurídicas.
Imprudencia médica
La imprudencia médica se diferencia de la negligencia en que, en este caso, el profesional realiza una acción temeraria poniendo en riesgo la vida o la recuperación del paciente. En este caso, se podría hablar de delito.
Impericia médica
La impericia se debe a la falta de conocimientos, habilidad o experiencia por parte del médico.
Afortunadamente, la calidad profesional de la inmensa mayoría de médicos de nuestro país es excelente. No obstante, si crees haber sufrido mala praxis por parte de algún profesional, te conviene saber cuáles son tus derechos y cómo reclamar.
¿Qué hacer si has sufrido un error médico?
La legislación española no es muy clara a la hora de establecer los límites de la responsabilidad del médico. Los documentos de referencia para regular y legislar sobre la mala praxis son el Juramento Hipocrático y el Código Civil, en su artículo 1104.
Ante una situación de mala praxis, como un diagnóstico erróneo, olvido de material quirúrgico en el cuerpo del paciente, alta médica prematura u otras, se puede actuar por vía penal, civil o contencioso-administrativa.
En estos casos, el primer paso es recopilar toda la información sobre las pruebas realizadas, los tratamientos o la intervención. No olvides pedir tu historia clínica al doctor, tiene la obligación de dártela. Si cuentas con testigos, mucho mejor.
En segundo lugar, debes contactar con un abogado especializado que pueda valorar si ha habido mala praxis y orientarte sobre la vía más adecuada para reclamar.
Reclamación por vía penal
La vía penal se suele elegir cuando las consecuencias del error han sido muy graves para el paciente o, incluso, hayan producido su fallecimiento. El objetivo es lograr indemnización, pena de prisión o inhabilitación para los responsables. El plazo para interponer la denuncia en los casos más graves es de tres años y de seis meses si ha habido daños menores.
Reclamación por vía civil
La vía civil es la más habitual para los casos leves. Su finalidad es conseguir únicamente una indemnización por los daños producidos.
Reclamación por vía contencioso-administrativa
Es la opción menos efectiva, ya que puede tardar hasta cinco años en resolverse. Es la única vía cuando el error es cometido por un centro médico total o parcialmente público. En este caso no se actúa contra el médico y solo se puede obtener una compensación económica.
Nuestra recomendación para evitar una mala praxis es que te asesores sobre el médico que va a tratarte, consultando su trayectoria profesional y las opiniones directas de otros pacientes que han pasado por sus manos.
A este respecto, ten cuidado con ciertos foros donde se elogia o desdeña a uno u otro doctor. Algunas de esas opiniones no son de pacientes reales.