PRP para rejuvenecimiento
El PRP o plasma rico en plaquetas es una técnica que permite aislar y utilizar los factores de crecimiento presentes en las plaquetas de la sangre del propio paciente para potenciar, acelerar y estimular la regeneración de los tejidos.
El procedimiento es sencillo y no invasivo. Comienza con una extracción de sangre, que es posteriormente tratada mediante un proceso de centrifugación para obtener el PRP.
Esta sustancia contiene gran cantidad de plaquetas que liberan factores de crecimiento (FC) que contribuyen a la regeneración celular. Mediante su inyección intradérmica en las zonas flácidas del rostro y del cuello, se logra estimular la producción de colágeno y elastina. El resultado es una piel más joven y tersa.
Al ser un procedimiento no invasivo, esta técnica se puede emplear como tratamiento preventivo en personas jóvenes o para mejorar la apariencia de las pieles envejecidas.
Se inicia con 3 sesiones a intervalos de un mes entre ellas y se puede repetir a los seis meses o 1 año según las características de la piel. Los resultados se pueden apreciar a los 15 días de la aplicación, pero resultan evidentes al cabo de un mes o mes y medio.
El objetivo de los tratamientos con PRP es bioestimular las células de la piel. Es un procedimiento totalmente natural ya que se obtiene de la sangre de la propia paciente.
Beneficios
- Es una sustancia natural del propio paciente, lo que evita reacciones alérgicas u otros efectos no deseados
- El tratamiento es efectivo para rejuvenecer la apariencia del rostro, para el cuello, el escote y otras zonas del cuerpo, como las manos
- Reduce el aspecto de estrías, manchas o cicatrices (incluidas las del acné)
- Contribuye a que la piel recupere su firmeza, luminosidad y adquiera un tono unificado
- Favorece la producción natural de elastina, lo que previene la aparición de nuevas arrugas