Pionero en su campo, el Dr. Barret, jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados de la Vall d’Hebrón, ya hizo historia cuando el 2010 realizó el primer trasplante de cara total del mundo. El paciente, Óscar, gracias a esa operación dejó atrás una situación severa en la que tenía serios problemas funcionales (dificultades para respirar, hablar y deglutir) y tenía que alimentarse artificialmente.
Actualmente, tras el importante y novedoso procedimiento, lleva una vida completamente normal.
Ahora, junto con un equipo multidisciplinar de 45 profesionales del Hospital Univeristari Vall d’Hebrón, el doctor Joan-Pere Barret ha vuelto a superar los límites conocidos al llevar a cabo la segunda operación de este tipo del Hospital y solucionar con gran éxito la malformación masiva arteriovenosa que sufría el receptor desde hacía 20 años.
El paciente, en esta ocasión, se sometió a una operación de 27 horas el objetivo de la cual era extirpar completamente la malformación que sufría y reemplazar los dos tercios inferiores de la cara, el cuello, la boca, la lengua y la faringe. Otros hospitales internacionales habían desechado la opción de operarle. Así, la complejidad de su enfermedad, que le supuso al receptor una deformación progresiva de los tejidos de la cara a lo largo de veinte años, hace de este exitoso trasplante el más complejo nunca realizado en el mundo.
Mucho más que imagen
Este procedimiento no sólo consistía en la reconstrucción de los tejidos destruídos por la malformación, procedimiento que quedó en un segundo plano, sino que la prioridad era extirpar la malformación que actuaba como un tumor, expandiéndose por la cara. La enfermedad del paciente ponía en riesgo su vida debido a las hemorragias severas que le provocaba. De esta manera, el equipo de trasplantes de cara del Hospital Vall d’Hebrón consideró que la única opción para el paciente era operar: extirparle la malformación arteriovenosa y los tejidos deformados y reconstruirle el rostro con un trasplante de cara.
La reconstrucción requirió el trabajo de 45 profesionales de distintos servicios: Cirugía Plástica, Anestesia, Enfermería, Auxiliares de enfermería, Trasplante hepático, Coordinación de Trasplantes, Enfermedades Infecciosas, Neuroradiología intervencionista, UCI y celadores, junto con todos los servicios centrales y de soporte. Durante 27 horas, el equipo trabajó para cambiarle (¡y salvarle!) la vida al receptor de trasplante de cara con el diagnóstico más complejo nunca operado en el mundo.
Desde que se realizó la operación en febrero, el paciente evoluciona satisfactoriamente. Actualmente, ya está en casa donde debe seguir con la rehabilitación y los controles rutinarios en el hospital.
Con esta intervención se ha ido un paso más allá, pues no solamente se ha realizado con fines estéticos, sino médicos. En este caso la cirugía se ha realizado para poder salvar la vida de una persona.