El doctor Barret fue uno de los invitados al programa “Memoria de delfín”, emitido el pasado 27 de junio en RNE, y donde se hablaba acerca de la cirugía plástica, sus inicios, su evolución y los últimos avances. Este programa invita a recordar cada semana un acontecimiento o un personaje, profundizando en el tema tratado con invitados expertos en el mismo.
La entrevista giró en torno a su experiencia en el mundo de la cirugía estética y reparadora. Uno de los asuntos que se trataron fue el mayor hito del Dr. Barret: el primer trasplante total de cara realizado en el mundo.
En esta ocasión el programa se titulaba “Cirugía plástica para reparar cuerpo y alma” y se centraba en la figura del reputado cirujano plástico brasileño Ivo Pitanguy, considerado como «el rey de la cirugía plástica» y «el Michelangelo del bisturí».
Nacido en 1926, el Dr. Pitanguy fue cirujano plástico, profesor y escritor, miembro de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia Brasileña de Letras. Sus valiosas aportaciones al mundo de la cirugía plástica lo convirtieron en un referente a nivel mundial en este campo. El 5 de agosto de 2016, a los 90 años y tan solo un día antes de su muerte, Ivo Pitanguy llevó la llama olímpica de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
El primer trasplante total de cara del mundo
En el año 2010, un equipo formado por medio centenar de profesionales del Hospital Universitario Vall d’Hebron y dirigido por el Dr. Barret, trasplantó al paciente toda la piel y músculos de la cara, la nariz, los labios, el maxilar superior, los dientes, el paladar, los huesos de los pómulos y la mandíbula.
El Dr. Barret explicó la complejidad de un proceso de trasplante como este, que requirió que la nueva cara estuviese implantada en el cuerpo del paciente antes de proceder a retirar el rostro desfigurado. Este paso intermedio era imprescindible para garantizar que el órgano trasplantado funcionaba a la perfección y no había ningún tipo de rechazo.
A lo largo de la entrevista, también pudimos conocer que este tipo de intervenciones conllevan un tiempo de recuperación, que puede durar un año y medio, hasta que el paciente recupera por completo la capacidad de hablar, comer, expresar con el rostro. El proceso es similar al de una parálisis facial.
También descubrimos otras curiosidades, como el día a día de un cirujano plástico y el interior de un quirófano a pleno rendimiento. Las operaciones más complejas están formadas por decenas de profesionales que afrontan jornadas hasta de 36 horas con tiempos de descanso pero sin abandonar las instalaciones.
El Dr. Barret y su equipo realizaron un nuevo trasplante de cara en 2015, esta vez parcial, para reparar graves alteraciones funcionales de un paciente provocadas por una enfermedad que ponía en riesgo su vida.
La cirugía plástica en sus dos vertientes, tanto estética como reparadora, cumple una función esencial que va más allá de la frivolidad. Los pacientes recuperan la autoestima cuando recuperan su aspecto anterior a una enfermedad o trauma. En otros casos, los pacientes se sienten mejor consigo mismos al mejorar una parte del cuerpo que les acomplejaba.
Estos son los principales motivos por los que anualmente se realizan unas 400.000 intervenciones de este tipo en nuestro país.
Puedes volver a escuchar el podcast del programa aquí.