Dicen que una sonrisa no cuesta nada, pero da mucho a quien la ofrece y a quien la recibe. La sonrisa es una expresión humana, emociones en estado puro. No obstante, hay personas que por un traumatismo, una enfermedad o de forma espontánea sufren una parálisis facial. Esto provoca que se paralicen los músculos y nervios de media cara. La sonrisa se desvanece y cuesta mucho recuperarla.
Lo esencial en este tipo de parálisis es consultar con el experto de manera rápida. Hay que establecer lo antes posible un plan de acción.
En primer lugar debe tratarse la causa, ya que la parálisis puede ser provocada por un tumor, traumatismo o enfermedad.
En el caso de que la parálisis sea espontánea (sin causa aparente) debemos seguir el siguiente plan de acción:
1. Administrar inflamatorios potentes tipo cortocoides y dar normas de protección del ojo (lágrimas artificiales, pomada y parche de oclusión por la noche, llevar gafas de sol durante el día para evitar la entrada de posibles partículas en el ojo);
2. Llevar a cabo un buen tratamiento rehabilitador;
3. Realizar un electromiograma para ver el estado del nervio y el pronóstico de la parálisis. Entonces ya sabremos el periodo de posible recuperación y nos prepararemos por si es necesaria alguna cirugía más adelante.
Hoy en día existen multitud de técnicas que pueden emplearse para recuperar una parálisis facial: injertos de nervios, trasplantes de músculos, lifts, blefaroplastias, toxina botulínica….
Si hay que intervenir quirúrgicamente es importante no retrasarlo más allá del primer año de la aparición de la parálisis. Sino los músculos se atrofian y pueden no volver a funcionar. Su médico rehabilitador y su cirujano plástico le guiarán en todo el proceso de su recuperación.
Volver a sonreirle a un ser querido es posible, si se actúa rápido.